La Navidad siempre está llena de fiestas, comida tradicional, regalos, luces por todos lados y ajetreo. Para muchos trae felicidad y alegría, pero para otros es un tiempo de tristeza y soledad.
En esta época celebramos el nacimiento de Jesús, el Mesías prometido al pueblo de Israel que vino a salvar al mundo. Uno de sus nombres es Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros. ¡Increíble! Dios mismo vino a estar con nosotros en la persona de Jesucristo.
Jesús nació en un pesebre hace muchos años y hoy quiere nacer en tu corazón. Él te ofrece paz, en medio de cualquier circunstancia, perdón de pecados, sin importar lo que hayas hecho y vida eterna en Su presencia, ahí donde no hay llanto ni dolor.
¿Crees que tu situación es difícil o imposible? Para Él todo es posible. Dios te ama. Te ama tanto que tomó tu lugar en la cruz y pagó tus deudas de pecado porque quería tener una relación contigo. Increíble ¿no?
Aun en medio de situaciones complicadas, Cristo nos ofrece su luz y una esperanza real y duradera, sin importar lo que estemos viviendo. ¿Cómo se logra eso? Solo tienes que hablar con Él, confesarle que estás arrepentido, que quieres que te perdone, te salve y conceda vida eterna. Dile que quieres seguir Su camino y no el tuyo.
La verdadera libertad viene de adentro. No de un cambio de circunstancias, sino de un cambio de corazón y eso es lo que Cristo Jesús te ofrece hoy. ¿Lo aceptarás? La oferta está sobre la mesa. Tómala. No te arrepentirás.